Escribe
AMILCAR MORETTI
«Cuanto más conozco a los hombres más quiero a mi perro». La frase parece ser de Lord Byron, el gran poeta inglés, amigo de otros dos exquisitos, Percy y Mary Shelley (ella, «Frankenstein»). Tienen «la grandeza de los grandes hombres y ninguno de sus defectos», decía el sentido epitafio que Byron escribió a su perro. (1) Pero, algo anda muy mal cuando el humano comienza a confiar más en su animal -o a los animales en general- antes que a sus congéneres. ¿»Soy leyenda» o «La noche de los muertos vivos»?
«Cuando me consulta una paciente que vive solo con animales domésticos, con sus afectos centrados en ellos, ya sospecho de qué se trata», solía decirme mi viejo psicoanalista con el cual charlamos durante un cuarto de siglo. Algo hace ruido cuando se escribe que no es que los animales se humanicen (domesticados, en verdad, adquieren los hábitos de sus dueños), sino que es a la inversa: junto a ellos el humano se «animaliza». (2) El concepto da lugar a ambigüedades. ¿Animalizarse es igual a bestializarse? ¿Las gatas o tortugas (tengo ambas, y dos perros que ya no están) escriben poemas? Cierto, el humano es capaz también de la mayor crueldad, que suele ser un plus gratuito añadido al daño que se le hace al otro. Tenemos en esto mucha experiencia en Argentina, y lo saben como nadie Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Un animal silvestre puede ser cruento en su necesidad o instintos, pero no es cruel. La crueldad exige conciencia, lenguaje, cultura, capacidad (o incapacidad) de simbolización, percepción de finitud. Cierto también, uno recuerda las imágenes de las SS nazis con pastores alemanes acosando a judíos prisioneros, o a alegres soldaditas estadounidenses con rottweiler o dóberman riéndose del terror de un invadido soldado iraquí desnudo sentado en un rincón (Abu Ghraib). Los afectos -la afectividad, como el lenguaje- son humanos y productos de la cultura. Los animales son mansos o peligrosos. Depende de muchos factores.
La domesticación del animal es otro asunto, es una intervención de lo humano en la naturaleza y su consiguiente apropiación. Pero ya estos conceptos mismos -Cultura vs Naturaleza- están en disolución. Muy cariñosos parecen resultar los cyborgs con forma de gato, perro, bebé (da todo lo mismo) que se usan en Japón para consolar ancianos abandonados. Los casi innombrados «kodokushi» (personas adultas que viven y mueren solas, a veces descubierta su extinción por el olor) son un problema social en Japón. Igual que los conocidos «hikikomoris» ya llegados a nuestro país (niños y adolescentes que viven encerrados con su computadora, autistas tecnológicos que así se conectan y aman). En este orden, parece que nada peor que un ser humano, nada más complejo que otro ser humano. El sartreano «el infierno es el otro». Entonces, adopto un gato o una iguana. O mejor, un robotito perruno -o bebé- que no ensucia. Aseguran sus dueños que acompañan y dan igual o más «cariño» que una gallina (muy domesticable por cierto), solo que hay que recordar recargarle la batería.
«La Patria es el otro», antagonismo con «el infierno es el otro». Me suena genocida «menos bebés y más parientes de toda especie, para combatir tanto la lógica familiarista asociada a la propiedad -la responsabilidad y la herencia- como la expansión de la población humana hasta el agotamiento del mundo”. Además, es una falsedad, una invención de las grandes corporaciones cerealeras. Se pueden producir más alimentos que los que necesitan 8 mil millones de humanos, pero depende del tipo de distribución elegido y de lo que se cultiva o cría.
Por añadidura, es muy pero muy confuso escuchar decir mejor un canario que un bebé en alguien que denuncia el «dominio humano egologofalocéntrico colonial capitalístico». El remate del concepto completa una concepción de cooptación alienada: los gatos -dice- «son la fuerza de la naturaleza en rebeldía, la promesa de redención y sanación del mundo”. Habrá que esperar que los gatos se enojen para realizar la utopía revolucionaria de Marx y Engels. Por ahí, vamos mal. Por ahí, también, hay algunas pistas sobre lo que se conjetura o se verá sobre los resultados de las elecciones nacionales del próximo 14 de noviembre.
(1) https://elpais.com/diario/2006/06/24/madrid/1151148265_850215.html
(2) https://amilcarmoretti.wordpress.com/2021/07/04/especies-companeras-gatos-insumisos-ante-el-dominio-humano-egologofalocentrico-colonial-capitalistico/
https://www.pagina12.com.ar/345529-alianzas-que-mejoran-la-vida
AMILCAR MORETTI
Escritor de periodismo. Crítico de cine, cultura y arte. Fotografía de autor de corporalidad femenina.
Autor y administrador del sitio web EROTICA DE LA CULTURA Magazine, desde el 2010
www.moretticulturaeros.com.ar
https://amilcarmoretti.wordpress.com/
Columnista con firma en el diario EL DIA de Argentina entre 1968-1974 y 1980-2015
Jefe del Departamento de Fotografía y Video de la Gobernación de Buenos Aires entre 1975 y 1992.
Periodista acreditado de la Gobernación de Buenos Aires en la Oficina de Prensa de la Central de Policía provincial bonaerense entre 1975 y 1992.
Organizador entre 1979 y 1984 del ciclo de cine arte de la AMIA (Asociación Mutual Israelita)
Miembro en Estados Unidos de la Red Ello.co:
https://ello.co/amilcarmoretti-sings_moons
Amilcar Moretti 