«Que las mujeres que leen son o se convierten en peligrosas es, al menos, una observación atendible, aunque no siempre aplicable y verdadera. Abundan las mujeres que no hay leído nunca nada y sin embargo son peligrosísimas. Bastaría pensar en guardianas de campos de exterminio nazis (novela “El lector”) o muchas policías que intervinieron activas en los centros de detención de desaparecidos argentinos durante la última dictadura militar, de las cuales poco y nada se habla y solo tres -según recuerdo- han sido procesadas. A la vez, entre las mujeres que leen, hay muchísimas indefensas y vulnerables, en casos por efecto de esa misma lectura. Más correcto parece afirmar que puede significar un “peligro” aquel que reflexiona críticamente, hombre o mujer.»
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http://moretticulturaeros.com.ar/las-mujeres-que-leen-son-peligrosas-y-las-que-escriben-y-leen-mas-aun-segunda-parte-fotos-en-serie-por-amilcar-moretti/
Histérica no es la mujer atractiva que se muestra y no se entrega al placer (del sexo). Histérica es la que no sabe porqué no se entrega a dicho placer con el otro, o mejor, es la que goza más al mostrarse y no entregarse, su goce es no entregarse. Un goce pajero, circular, sin salida. El goce del miedo a la propia concha. El goce de no dar y en simultáneo no darse. Es temor al placer propio, que si se obtuviese mediante la entrega -placentera al producir el placer del otro- acabaría con el fantoche fantasmático del goce de no dar, que siempre vuelve, padeciente, careciente, pero gozoso. Es el goce del no placer ni propio ni ajeno. En mucho, es el horror a la pija pero también, mucho más de lo que se cree, el horror al placer imaginado de la propia concha, que se teme porque no se conoce a sí misma. (AMÍLCAR MORETTI) . LEA MÁS EN:
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