
HORACIO OYHANARTE, intelectual y militante de acción de la ex Unión Cívica Radical cuando aún era un partido popular y nacional fue un hombre que el general Perón deseó tener a su lado como vicepresidente para las elecciones que le darían el triunfo al peronismo en 1946. Oyhanarte, un hombre de libros pero también de praxis había sido una figura clave como canciller durante la segunda presidencia de Hipólito Yrigoyen (1928-1930), y por ello ya había tenido que pagar un alto precio. Pero Horacio Oyhanarte era un tipo de coraje: jugó fuerte para proteger la vida del ex presidente Yrigoyen cuando en 1930 se dio el golpe del general Uriburu y se instala la primera dictadura militar del siglo XX en la Argentina. Yrigoyen, un caudillo popular al que las élites conservadoras y liberales y en muchos casos fascistas (años de Mussolini) odiaban porque representaba, decían con desprecio, a la «chusma». La modesta casa de Yrigoyen había sido saqueada y corría peligro de ser asesinado, como cuarenta años después pasó con el presidente Allende de Chile; como se intentó con el general Perón en 1955 con un bombardeo al mediodía a Plaza de Mayo en 1955 y como, no hace tanto, fue peligro cierto que matarían al ex presidente boliviano Evo Morales derrocado por militares y policías en sangrienta represión. Evo Morales fue salvado por el presidente argentino Alberto Fernández y su par de México, Andrés Manuel López Obrador.
Horacio Oyhanarte, intelectual de acción y miembro de la dirigencia más lúcida de la Unión Cívica Radical como partido popular y nacional, lo refugió en su casa de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires. Oyhanarte era oriundo de Rojas, un distrito provincial al noroeste de la provincia, distante unos 200 kilómetros de Buenos Aires ciudad. Claro, Oyhanarte lo sabía: con esos actos éticos que requieren valentía, recibió la represalia. Después tuvo que exiliarse en Uruguay durante tres años y la dictadura con simpatías mussolinianas de Uriburu no dejó de pedir su extradición para someterlo a juicio por supuesta corrupción. ¡Oyhanarte!, justamente un hombre que fue Canciller y nunca sacó la más mínima ventaja económica de sus funciones. La política argentina aún no era considerada por algunos partidos populares una forma fácil de enriquecerse. Y eso no suele perdonarse. Un tipo íntegro y de honestidad cabal suele poner en estado de sospecha y desconfianza a los que se quedan con grandes vueltos o bien saquean con impunes negociados.

Canciller de Yrigoyen y casi vice de Perón
Escribe
CARLOS DÍAZ
1946 – En febrero se realizaron elecciones nacionales que consagraron Presidente a Juan Perón y en noviembre falleció Horacio Oyhanarte, figura relevante de la UCR y de la política nacional. Miembro de una familia del distrito de Rojas, provincia de Buenos Aires y protagonista de una vida apasionada y dramática. Hijo -con tres hermanos- de Juan y de María Hegoburu.
Tiempos de fuertes enfrentamientos políticos, su padre editaba el periódico «La Verdad» y fue asesinado por un opositor del conservadurismo en la puerta de su casa. Tenía 36 años. Horacio era un niño. La madre afrontó el drama, los compromisos familiares y también la continuidad de la publicación. Al tiempo Horacio, un joven, intentó impedir el juramento como legislador de quien había matado a su padre, pero se lo impidieron. Ya sabía para entonces que la Política es una filosofía de vida y una Pasión, y que ejercida con integridad, tiene un alto costo personal.
Años después estudió en la Universidad de La Plata y se graduó de abogado en mucho menos tiempo que el normal que demandaba la carrera. Se lució en el desempeño de su profesión y además escribió varios libros.
Se sumó a la corriente nacional y popular de su naciente partido, siguiendo a Yrigoyen y Alem. Fue diputado nacional, tenía oratoria admirada y como tal defendió la neutralidad argentina en la Primera Guerra Mundial, igual que Perón en la Segunda.
Sufrió críticas despiadadas de los medios de difusión, de la oposición e incluso de sectores de su propio partido: una figura interna, Benjamín Villafañe, de orientación conservadora, los calificó a él y a otros de su línea como «el encumbramiento de la hez de la chusma, la supremacía del analfabeto sobre el hombre instruido, sobre los apellidos de tradición culta, inteligente, educada, moral, de abolengo». Se burlaban de su voz aguda. Pero Oyhanarte no era solo un intelectual, también era un hombre de acción y no solo acción política. Como Arturo Jauretche después, aceptó desafíos a duelo, el último en 1915 con Alfredo Palacios, que no se concretó. El honor era prioritario y el agravio merecía jugarse la vida, aún en lo individual.
Fue Ministro de Relaciones Exteriores en la segunda presidencia de Yrigoyen y entre sus gestiones más destacadas están las negociaciones directas, de gobierno a gobierno (como mucho después lo hizo Illia con la China de Mao) con Gran Bretaña por material ferroviario y con la Unión Soviética por petróleo a precios más convenientes. Y ya se sabe, para ciertos intereses muy poderosos, internos y externos, esas son faltas imperdonables. Y el castigo llegó pronto. Algunos estiman que fue motivo determinante del golpe militar de 1930 que derrocó a su gobierno.
Oyhanarte se jugó para proteger la vida de Yrigoyen, que podía ser asesinado (como Allende en Chile; Perón con los bombardeos del 55 y Evo Morales hace poco en Bolivia) y lo llevó a refugiarse en la ciudad de La Plata. Luego se exilió durante tres años en Uruguay. El gobierno subversivo e ilegal pidió su extradición para juzgarlo por…corrupción (¿todo esto no parece conocido?) y cuando sucedió el fallecimiento de Yrigoyen, pudo asistir con el permiso del ministro del Interior, el radical (?) Leopoldo Melo, extraño correligionario que tuvo su imitador años después en Arturo Mor Roig, quien desempeñó el mismo cargo en la dictadura del general Lanusse, la que había derrocado al gobierno radical de Illia….
(Si lo dicho parece un intrincado juego expresivo, habría que preguntarle a los radicales porqué están ubicados donde hoy están ubicados…). Oyhanarte fue encarcelado por seis meses y lo liberaron sin acusación.Se fue a Francia y regresó en 1944. Perón lo invitó a compartir la fórmula presidencial y no aceptó, pero renunció al comité nacional de la UCR, en desacuerdo con la participación de su partido en la «Unión Democrática», alianza que se formó para oponerse a Perón, impulsada y conducida explícitamente por el embajador de Estados Unidos Spruille Braden (ahora se unieron al macrismo. Los radicales parecen estar siempre en el lugar inadecuado…¿o es el que prefieren?).

Poco antes de morir, dirigió una carta a sus correligionarios en la cual, entre otros conceptos, dijo: «…junto con Yrigoyen fui el hombre más calumniado de la Argentina. Y ese honor, que no cedo por ningún otro, lo acepté como recompensa por mis esfuerzos por mi país y por mi partido». Sus restos yacen en el Panteón de los Héroes de la Revolución del 90, junto con los de Alem e Yrigoyen.
Esta evocación permite algunos interrogantes: la UCR rinde culto como sus próceres máximos a Yrigoyen y Alem, que enfrentaron a la oligarquía. ¿Por qué hacen lo contrario y se unen a ella? Otro dios al que rezan es Raúl Alfonsín. Este les dijo «Nuestro límite es la derecha, es Macri. Si somos minoría deberemos acostumbrarnos a perder, pero no ir a la derecha». ¿Por qué lo hacen? ¿Son dioses falsos? ¿Cuáles son sus ideas políticas?
-Horacio Oyhanarte defiende a Yrigoyen y la neutralidad argentina frente a los conflictos de las grandes potencias.
–https://backend.educ.ar/refactor_resource/get-attachment/24288
-HORACIO OYHANARTE. «DE LA ORATORIA A LA ACCION». Prólogo y Selección de
Edit G. de Giacobone.
https://iehpa.files.wordpress.com/2014/12/50-libro-h-oyhanarte.pdf
-Juicio adverso a la gestión de Horacio Oyhanarte.
http://www.irizar.org/invasionesinglesas36.html
(La primera versión de esta nota fue publicada en la página «Rojas Viejo» de una conocida red social)