Escribe
AMILCAR MORETTI
Buenos Aires
www.moretticulturaeros.com.ar
Últimamente, no hago críticas sobre la actualidad pública, colectiva argentina. Para no dividir nuestro frente, nuestro frente del 49 o 35 % de pueblo, ciudadanía. Lo central ahora es nuestra unidad, la de nuestra porción, bando, Espacio o Territorio popular. El resto es accesorio. Detenerse en detalles -o asuntos importantes pero no esenciales y básicos, los pilares- es contraproducente. Es patear en contrra. Es, podría decirse, traición. Se parece, se acerca a la traición.
«¿Y cuándo vamos a tratar tal tema, nuestro tema (accesorio o secundario, serio pero no central ni sustancial con núcleo en lo esencial)?», preguntan siempre los apresurados, o los malintencionados, o apresurados malintencionados. Respondo: Después, cuando solucionemos y ganemos la batalla central, si es que ganamos. «Así nos dicen siempre», replican. «Así nunca discutimos nuestros temas, así siempre los demoramos y pateamos para adelante, para nunca».
Bueno, calma, ha de llegar el momento, la oportunidad. Aparecerá sola la oportunidad para plantearlo y reclamarlo cuando todo esté tranquilo y en orden, algo que sobrevendrá cuando ganemos la batalla central, para que no nos arrollen y nos pasen por encima. Porque si esto último sucede -algo posible, hoy, mayo 2018- no habrá oportunidad para nada: ni para lo tuyo, lo de ustedes y tampoco para lo de todos, lo de todos nosotros, que te incluye a tí, a ellos (los tuyos), los afectados por tu-vuestra cuestión, seria, claro.
Ahora, la unidad. La unión no de un imaginario e idealizado «todos los argentinos». Ese ideal no es real, refiere a algo que no existe. Que nunca fue ni será, por imposible, porque la diferencia es necesaria. Ahora es nuestra unidad, la no división de nuestro campo -ellos quieren fragmentarnos, atomizarnos, esceptizarnos, su propuesta central y casi excluyente-. de nuestro campo popular y nacional-regional, nuestro espacio del 40 o 35 %, o más, quién sabe.
Un pensamiento