Escribe
AMÍLCAR MORETTI
Jueves 21 de marzo 2013
Argentina
María Graña discurre tangos siempre. Mañana viernes, cerca de la medianoche, hora de arcanos que se iluminan –según voluntad de cada uno- junto a la crecida de la madrugada con sol que apunta en este otoño inicial. Los que aman no se amilanan por el frescor, los escépticos quizás intenten encontrar su propia hora para probar de nuevo y los tangueros, ellos, se sabe, son leales, por escucha o por cuerpo, por pura musicalidad o carnalidad que bailan solas amuradas a la otra/o/@.
Los nocheros del tango, y esos infaltables: los turistas -ahora algo retraídos por sus propias crisis, europeas o brasileñas-, saben que las hechiceras suelen ser brujas sentimentales brotadas de noche no para aquelarres sino para que a cada quien le estalle la calidez del amor, o de la emoción, brillos guiados a un generoso lugar: el de sentirse bien consigo mismo y el con el otro. El tango hace eso. En el medio, en el entramado de uno y una, una y otra, entre un asunto y quien sea, lo de adentro y lo de afuera, allí, en eso tan complejo del humano, se erige en la medianoche de mañana una oficiante de lo femenino en voz de tango: Graña. María Graña.
A veces, no tantas, se recibe la bendición del talento superior, que da cuenta de que uno está. En ocasiones, malas, la ceguera, la tontería, el temor, la soberbia impiden percibir de quien viene la providencia. Graña no, sensible como es –consta en su voz, en su claridad expresiva para el sentimiento sincero- se acogió al buen cruce en el camino: Osvaldo Pugliese. Que alguien como Pugliese te escuche de refilón en la televisión o en cualquier sitio provisorio y decida incorporarte a su proyecto a los 20 años –los de María en ese momento- es providencia musical, suerte de tango. Como si vienese lo Mejor y diga: “Vení con nosotros”, o “¿Querés acompañarme?”, o quizás, también “Mirá piba, te necesito. ¿Te interesa?”.
Tengo en mis manos un “Clarín Espectáculo” del jueves 30 de diciembre de 1976, año fatídico para todo buen argentino. Un cronista anónimo hace un anuncio leídas ahora en la páginas amarillentas guardadas entre las hojas de “Las mujeres del tango”, el ensayo corto de Estela Dos Santos (colección “La historia popular. Vida y milagros de nuestro pueblo”, Bs. AS., 1972). El cronista dice (repito: fines de diciembre de 1976): “A partir de enero, se incorpora al elenco estelar de Sans Souci la cantante Ruth Durante, quien reemplazará a María Graña, de exitosa actuación en el lugar tanguero durante una larga temporada. Justamente María Graña presentó el pasado lunes en el local de la calle Corrientes su primer LP (1), titulado “Expresión y Tango”. Estuvieron presentes, entre otros, Osvaldo Pugliese –su padrino artístico-, Horacio ferrer, Héctor Negro, Gloria Díaz, Floreal Ruiz y Elsa Rivas. La Graña (préstese atención: “La Graña”, dice) ofreció un recital improvisado, cantando cinco temas de su LP.”
(aclaración del A. d. Blog. LP: disco de vinilo que daba 33 vueltas por minuto para reproducirse).
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graña genial.
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Sí, Alejandro, verdaderamente. Tuve oportunidad de escucharla, pocos años atrás es la Esquina Homero Manzi, en Boedo y San Juan. Es lamentable, pero hoy se la tiene olvidada. Es una de las voces que interpreta mejor lo dramático del tango. Quizás, esa densidad, ya no se aprecie, en esta «fiesta» de «alegría» forzada. Gracias, por tu comentario.
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Ha sido un placer entrar y leer… Me ha gustado mucho.
Besos
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Gracias.
Tu (tus) blog(s) son una atractiva muestra de poesía escrita e imagen
Debiéramos coordinar alguna acción en conjunto.
Amílcar
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Concuerdo con la apreciaciòn: María Graña es una muy buena cantante.
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