¡Es necesario convocar a Bruce Willis! Hay guerras que no fueron (Baudrillard: Irak, Tormenta del Desierto), que se hicieron pero no existieron, solo se vieron y conocieron luces y explosiones lejanas en audio televisivo. De modo que puede haber meteoritos que caen -o no caen, no importa-, y de los cuales vemos iluminaciones, brillos y colores, más alguna sacudida o vibración. Vidrios rotos de las ventanas. Una víctima fatal, dicen. Todo puede ser verdadero, comprobable, pero no interesa, interesa que lo veamos por televisión. Esto es casi un lugar común. Sí, ha caído un meteorito. Nos entretiene. Es un espectáculo diferente. No todos los días caen mateoritos en el planeta. Pero es igual a que no haya caído nada, igual que no hubiese sucedido. Y si ocurrió, tampoco importa. No cambia nada. No cambia nada en el Vaticano, en Somalia, en Libia, en Siria. Nada es distinto después del meteorito. Convoquemos a Bruce Willis, pero el Willis del cine no al ser humano, porque el Willis ser humano quizás tampoco exista o, es probable, no es lo que necesitamos.
AMÍLCAR MORETTI
Domingo 17 de febrero 2013. Medianoche.