SUCESIONES
Por Luis Bruschtein
(fragmento de la nota publicada en diario Página12, de Buenos Aires)
Sábado 5 de diciembre 2013
«El chavismo en Venezuela, el petismo en Brasil, el MAS en Bolivia, el kirchnerismo en Argentina y Correa en Ecuador, más Fernando Lugo en Paraguay y Pepe Mujica en Uruguay han protagonizado en cada país los procesos que motorizaron ese camino que fue frustrado en el siglo XIX. Son vistos a nivel mundial como la expresión de una nueva izquierda. Con sus limitaciones, problemas y errores, constituyen la izquierda de este momento histórico, como continuidad de una línea histórica de emancipación. Todos ellos lo hicieron sobre la base de liderazgos muy carismáticos y sobre la base de fuerzas políticas débiles de origen. Esos liderazgos tan fuertes dificultan el surgimiento de otros dirigentes que aparezcan como continuadores de esos procesos.»
(…)
«Todos los gobiernos populares afrontan un desafío que hasta ahora sólo superó el petismo brasileño. Y en Argentina ese problema pasará a ocupar un lugar central a partir de las elecciones de este año. Son movimientos democráticos: no se trata solamente de elegir al indicado sino que además tiene que ganar la aceptación de las mayorías. Pero además, el problema de la continuidad no se reduce a la continuidad en el gobierno, sino también a la continuidad de las políticas. Se trata por un lado de consolidar mayorías electorales y por el otro apuntalar las estructuras políticas de apoyo. Los movimientos iniciales de estos procesos se han recostado en fuertes liderazgos personales para atravesar barreras culturales y prejuicios y sobreponerse a las debilidades de origen, pero la única forma de garantizar continuidad es que los movimientos políticos logren trascender más allá de los gobiernos e incluso de estos liderazgos tan determinantes. Aún en la oposición, un movimiento popular fuerte puede impedir que se deshaga lo que se consiguió, no solamente en el proceso de integración regional que tiene una proyección estratégica, sino también en otros aspectos en los que se ha avanzado.»
«La clave está en la vitalidad de los movimientos políticos que sustentan estos gobiernos. En el caso de Venezuela, la derecha ya ha hecho correr versiones de divisiones en el chavismo. Advierte con claridad que si el chavismo no se divide, será muy difícil de vencer aún sin Chavez y puso todas las fichas en una estrategia con ese objetivo como ya lo demostró la carta que enviaron a las embajadas tratando de enfrentar al presidente del Congreso, Diosdado Cabello con el vicepresidente Nicolás Maduro.»
«El divisionismo o la disolución son peligros que afrontan estas fuerzas. Si Chávez se recupera, su sola figura podría servir para mantener unida a su fuerza, lo que sería la garantía de continuidad, aun cuando él no estuviera a cargo del gobierno. Ese podría ser otro momento de estos procesos políticos, en los que se desdoble el gobierno y la conducción política y los liderazgos originales se enfoquen hacia la consolidación de los movimientos.»
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-211258-2013-01-05.html