Informan que el viernes Interpol secuestró de dependencias de la galería de IGNACIO GUTIÉRREZ ZALDÍVAR (Zurbarán)14 cuadros robados. El mismo día el nombrado viajó a Europa.

Ignacio Gutiérrez Zaldívar, dueño de la galería Zurbarán. Se informa que el viernes,  antes del allanamiento en que se recuperaron en su galería 14 obras de arte robadas, se fue de viaje a Europa.

SOCIEDAD INTERPOL

Interpol allanó una galería de arte y

secuestró 14 cuadros robados

Son obras de Soldi y de Quinquela Martín, entre otras, sustraídas en Villa del Parque.

Un local de gran prestigio. La galería Zurbarán, anoche (viernes 4), luego del operativo que llevó adelante Interpol (epígrafe de foto)

Mercedes Pérez Bergliaffa
Especial para Clarín
 

05/05/12

http://www.clarin.com/sociedad/Interpol-secuestro-cuadros-galeria-portena_0_694730668.html

Hubo revuelo ayer por la noche en la galería de arte Zurbarán. Pero no porque se inaugurara una exposición, sino porque la Policía e Interpol secuestraron una serie de obras que se hallaban allí. Se trata de gran parte de un conjunto de trabajos que habían sido robados, según informó Telam, durante el verano pasado de una casa particular, ubicada en el barrio porteño de Villa del Parque.

Si bien durante el robo los ladrones se habrían llevado veinticinco obras –tal como lo precisó un vocero de la investigación–, las encontradas en los depósitos de la galería Zurbarán fueron sólo catorce. Estarían valuadas cada una entre quince mil y trescientos mil dólares.

Se trata de pinturas de artistas históricos como Raquel Forner, Raúl Soldi y Benito Quinquela Martín –de quien parece había varias obras–, y también de la reconocida Marta Minujín, entre otros.

Todos los trabajos fueron encontrados en los depósitos de la sede que Zurbarán tiene sobre la calle Cerrito al 1500, y sacadas de allí por los efectivos de la Policía y de Interpol.

Clarín intentó hablar con Ignacio Gutiérrez Zaldívar, dueño de Zurbarán y reconocido galerista de larga trayectoria. Pero al llamar al domicilio particular, su empleada doméstica informó que tanto Gutiérrez Zaldívar como su mujer habían salido de viaje ayer mismo, por la tarde, rumbo a Europa.

El allanamiento fue ordenado por el juez de instrucción porteño 49, Facundo Cubas, y por la secretaría de Gimena Lambormón.

El vocero consultado indicó que, con estos secuestros, se intentará seguir la ruta de la comercialización de las obras de arte, para determinar responsabilidades y tratar de detener a los autores del robo y a los reducidores del botín.

Gutiérrez Zaldívar. Diario Los Andes, Mendoza. 20 setiembre 2001.

 

Conmoción en el ámbito del arte /

Investigación de Interpol

Recuperaron de una galería de Retiro 14 pinturas robadas

 

Las obras habían sido sustraídas en enero pasado de una casa en Villa del Parque

 

Por Gabriel Di Nicola  | LA NACION

Sábado 05 de mayo de 2012

http://www.lanacion.com.ar/1470732-recuperaron-de-una-galeria-de-retiro-14-pinturas-robadas

 

 

 

El robo ocurrió en enero pasado. Los delincuentes ingresaron en la propiedad mientras sus dueños estaban de vacaciones. Robaron joyas, electrodomésticos y 25 pinturas de artistas argentinos valuadas entre 10.000 y 50.000 dólares. Anoche, la Policía Federal recuperó 14 de las obras de arte sustraídas en depósitos de la galería Zurbarán.

 

 

Así lo informaron a LA NACION altas fuentes de la investigación. El operativo fue realizado por detectives del Departamento de Protección del Patrimonio Cultural de Interpol en unas oficinas situadas en Cerrito 1530, a metros de Posadas.

 

 

Las fuentes consultadas informaron que las oficinas están vinculadas con la Galería Zurbarán, situada en Cerrito 1522, y cuyo propietario es el reconocido coleccionista, escritor y marchand de arte Ignacio Gutiérrez Zaldívar.

 

 

Entre las obras robadas en enero pasado estaba la pintura Reflejos , de Benito Quinquela Martín, informaron fuentes de la investigación. Según pudo saber LA NACION, también, durante el asalto, se sustrajeron obras de Marta Minujín, de Raúl Soldi y de Raquel Forner.

 

 

LA NACION intentó comunicarse con Gutiérrez Zaldívar, pero allegados al coleccionista dijeron que estaba de viaje y explicaron que, en su momento, compró las obras de arte de buena fe y que tiene comprobantes de la transacción, aunque la dirección del vendedor no sería verdadera.

 

 

Además de las 14 pinturas, los detectives de Interpol secuestraron una computadora y documentación que podría ser de importancia en la investigación.

 

 

En el allanamiento estuvieron presentes el jefe del Departamento de Protección del Patrimonio Cultural, subcomisario Marcelo El Haibe y el titular del Departamento Interpol de la Policía Federal, comisario Manuel Novoa.

 

 

ESMALTE SOBRE CERÁMICA

 

Según se explica en la página web del Departamento de Protección del Patrimonio Cultural, la obra Reflejos , de Quinquela Martín, tiene un diámetro de 36 centímetros y fue pintada con esmalte sobre cerámica.

 

 

Según los datos publicados en la página de Internet, el robo «se produjo el 7 de enero pasado, en una casa particular porteña».

 

 

Según pudo saber LA NACION, el dueño de la propiedad robada hizo su propia investigación y trató de armar la ruta de las obras de arte.

 

 

Los investigadores ahora tratarán de determinar si los ladrones eran especialistas de arte y si fue un robo por encargo. En principio, esta primera hipótesis podría ser descartada, porque cuando irrumpieron en la casa de Villa del Parque no sólo se llevaron las 25 pinturas sino también joyas y electrodomésticos. El caso es investigado por el juez de instrucción porteño Facundo Cubas, dijeron las fuentes consultadas.

 

 

Anoche, los detectives de Interpol sólo tenían una orden de allanamiento. Los voceros consultados afirmaron que el juez Cubas no había firmado ninguna orden de detención.

 

 

 

 

Momento en que la policía se lleva los cuadros robados encontrados en depósitos de IGNACIO GUTIERREZ ZALDIVAR, dueño de la galería Zurbarán. Foto en diario Perfil. Foto de Cedoc. 5 mayo 2012. 

«HAY QUE COMPRAR CON AUDACIA», 

dijo hace un año IGNACIO GUTIÉRREZ

ZALDÍVAR

“En países con alta inflación como la Argentina siempre las inversiones han sido especulativas: comprar dólares y venderlos en un plazo de treinta días, comprar acciones. Siempre el argentino ha hecho inversiones a corto plazo. Hay que comprar con audacia: no comprar lo que todos compran porque seguramente te va a salir más caro; y vender con paciencia, que no te apresures a vender las cosas. Un ejemplo: si yo viviera en Santa Fe me compraría cuadros de Supisiche porque hay muchos, si yo lo compro a 5.000 pesos y viene alguien me lo quieres pagar 6.000 digo que no, venderlo con paciencia: pedí 10 mil y cuando haya 10 mil alguien te lo va a comprar’’.

 

Son palabras de Ignacio Gutiérrez Zaldívar, dueño de la galería Zurbarán de Buenos Aires de la cual se recuperaron el viernes 14 obras de artes robadas. Las dijo al diario El Litoral el 24 de mayo del 2011 en una visita a Santa Fe.

 

(ver en: http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2011/05/24/escenariosysociedad/SOCI-05.html )

 

 

En el mismo reportaje Ignacio Gutiérrez Zaldívar recuerda cómo se inició y llegó a ser un próspero hombre de negocios:

 

«Frente a la pregunta sobre su experiencia vuelve a su primer cuadro, un Daneri, que adquirió a los 13 años, “antes de estar pupilo en la Inmaculada”, recuerda.

 

 

“En casa no había mucho dinero pero siempre había plata para estudios y cada tanto para comprar algún cuadro barato, nada que costara más de 2 mil pesos de hoy, y yo tenía siempre ganas de tener cuadros que no me hubieran regalado ni mis padres ni artistas. Un día fui al Banco de Remate donde la gente se peleaba por los cuadros, se vendían muy baratos. El arte argentino no valía nada, estoy hablando del año ‘64, el arte que valía era el europeo. Yo tenía que dejar el 30 por ciento de seña y tenía exactamente el 30 por ciento de seña. Me volví caminando a casa porque no tenía ni para el cole, y tuve 72 horas para conseguir la otra parte y ahí ya hubo pedidos a mis hermanos y mis padres”, recordó.

 

 

“Al poco tiempo de tener mi cuadro -sigue- ponerle un lindo marco, una chapita de bronce… apareció por casa el mayor coleccionista que tenía la argentina, el ruso Miretti, que era de Rosario, muy amigo de mis padres. Entró a mi cuarto, ‘cómo vos tenés este cuadro’, dijo, porque era el cuento de que el chiquilín había comprado un cuadro. Era un Daneri”. Miretti me lo quiso comprar, yo no quise, hasta que mi padre me convenció de que lo haga.

“Se ve que tenés ojo”, me dijo, y así empezó toda la historia.»

También se señala que Gutiérrez Zaldívar  nació en Rosario, estudió con los maristas y jesuitas y egresó de la Universidad de Buenos Aires como abogado.

http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2011/05/24/escenariosysociedad/SOCI-05.html

 

(la negritas son del autor del blog)

 

 

 

El señor de figura voluminosa junto a Marta Minujín es Ignacio Gutiérrez Zaldívar, tiempo atrás. En el allanamiento de obras de arte robadas en dependencias vinculadas al comerciante también se recuperaron piezas de Minujín sustraídas a principios de este año. 

GUTIÉRREZ ZALDÍVAR DIJO ALGUNA VEZ

QUE TODO EMPEZÓ COMO UN JUEGO Y

QUE ES RICO DESDE QUE NACIÓ

 

(Leer en El Arca Impresa la entrevista completa en la que dijo la frase del título anterior. Se consigna más abajo un fragmento de la misma:

http://www.elarcaimpresa.com.ar/elarca.com.ar/elarca60/notas/zaldivar.htm

 

—»¿Cuándo compró su primer cuadro?

 

—»A los trece años. Era una naturaleza muerta de Eugenio Daneri y me costó algo así como cuatrocientos dólares. Recuerdo que al mes de adquirirlo, vino a la casa de mis padres el coleccionista Domingo Minetti. La anécdota era que el mocoso había comprado un cuadro, al que le había puesto un marco nuevo y lo había colgado en una pared de su habitación. Minetti fue a mi cuarto, miró el cuadro y me preguntó: “¿Sabés lo que tenés colgado ahí?”, y yo le respondí: “Sí, un cuadro de Daneri, que obtuvo tal premio, etc., etc., etc.”. El me dijo: “Hace mucho que estoy detrás de este cuadro. Te lo compro” y le contesté que no. Al día siguiente, mi padre me dijo: “Nacho, vos nunca tendrás plata pero es evidente que tenés muy buen ojo, porque dentro de los miles de cuadros que podías haber comprado elegiste éste”.

 

 

—»¿Por qué lo eligió?

 

—»Porque me había gustado. Si hoy me preguntás: “¿Qué cuadro debo comprar?”, mi respuesta es: “El que te guste”, porque de lo contrario, aunque sea la mejor compra del mundo, no sirve. Pese a que soy un Midas, veo al arte como algo espiritual.

 

 

—»Volviendo a su pasado, ¿qué sucedió con su padre?

 

—»Me dijo: “Por qué no vendés ese cuadro y con lo que ganás te comprás dos”.

 

 

—»¿Y le hizo caso?

—En efecto. Así comencé. Este hecho fue en 1965.

 

 

—»Del universo artístico, ¿qué lo fascinó?

—»Para el chico que yo era, disfrutar de la belleza artística era lo mismo que tomarme un jugo en el Parque Independencia de Rosario. Tené en cuenta que mi madre era diplomática y compositora de tangos y a mi padre le encantaba el arte. De hecho, nuestra biblioteca era fabulosa. Yo leía El corazón de piedra verde de Salvador de Madariaga, Ulises de James Joyce y todo Sandokán. Mi casa estaba abierta al arte, la visitaban Juan D’arienzo, Aníbal Troilo, Arturo Jauretche y Arturo Frondizi, entre otros. Cuando alguien me pregunta: “¿Desde cuándo es rico?”, le digo: “Desde que nací, porque me crié en la mejor familia del mundo y entre las mejores amistades”.

 

 

—»Teniendo en cuenta que la suya no era una familia convencional, ¿qué lo distanciaba de la gente del barrio, de sus compañeros de escuela?

—»Yo era igual a mis compañeros. Es más, mi mejor amigo era y es Carlos María Pinasco, quien actualmente dirige Colección Alvear de Zurbarán, una de mis galerías. Su padre creó El Fondo Nacional de las Artes. Por aquellos días, con 14 años, nosotros íbamos a las reuniones del Fondo, a las que asistían Victoria Ocampo, Cacho Carcavallo y Julio Cortázar, entre otros célebres. Para nosotros era normal comprar cuadros, arreglarlos y venderlos. A veces, ganábamos sólo cien pesos, pero lo hacíamos porque ésa era nuestra sana pasión.

 

 

«Para mí no existen problemas, sino soluciones. Por ello, cuando me propongo algo voy hacia mi objetivo, sin medir cuánto tardo en llegar.

 

 

—»¿Cómo este juego se transformó en una profesión?

—»No lo sé. Creo que eso es producto de un acto de inconsciencia absoluta. Yo me recibí de abogado siendo muy joven y, al poco tiempo, fui Gerente Comercial de la editorial La Ley, a la que ingresé con la intención de ser jurista pero todo indicaba que lo mío era el marketing.

 

 

—»En su caso, ¿el arte le ganó la pulseada al Derecho?

—»Sí, pero el Derecho me dio grandes satisfacciones. Haberme decidido a ser mercader de arte fue un acto de un pródigo, porque como abogado tenía excelentes condiciones, y lo demostré en muchos casos. Por ese entonces, mi esposa tenía una prestigiosa escribanía con lo cual, de alguna manera, tenía la vaca atada. A eso sumale que mi ambición era ser Juez de la Corte Suprema y que mi orientador y padrino era Julio Oyhanarte. Vos te preguntarás por qué dejé el Derecho; porque al ver el otro lado del mostrador del mundo jurídico perdí interés. Además, todos me hacían ver que poseía más condiciones comerciales que jurídicas. Al principio, alternaba mi tarea de abogado con esta actividad, pero llegó un punto en que mi oficina de La Ley parecía un bazar persa. Yo sabía que para ser coleccionista debía estar siempre al pie del cañón. De hecho, ser hoy el comprador de arte más grande del país es producto de estar todo el día vinculado a ese mundo pero…»

 

IGNACIO GUTIÉRREZ ZALDÍVAR, de MDZ